TERTULIAS ELECTRÓNICAS
Muchos afirman que la tertulia es un arte, pero en Estados Unidos prolifera una nueva especie de contertulio electrónico que escandalizó a más de un purista.
La SF NET o Red de San Francisco tiene la culpa de que la tradicional conversación durante el café o las copas adquiera unas dimensiones más impersonales. En los bares de San Fran- cisco la última moda es tomar la consumición en unas mesas conectadas a esta red informá- tica que, por el módico precio de un dólar, permite durante 20 minutos entablar conversaciones con desconocidos, o, si se prefiere, buscar piso, poner un mensaje o repasar la oferta de ocio de la ciudad. Un sistema de videotexto, al que el abonado se engancha por vía telefónica, facilita que los comunicantes, amparados en el anonimato y a varios kilómetros unos de otros, den rienda suelta a lo que no se les ocurriría decir cara a cara. De ahí que a la SF NET se le den unos usos menos inocentes que el del mero placer de la tertulia: ligar, por ejemplo. También se ha denunciado que ciertos usuarios, aún menos ingenuos, la aprovechan para traficar con droga mediante claves secretas.
Algunos han puesto el grito en el cielo ante la aparición de lo que ya se denomina como primer periódico bidireccional de la historia. Estos defensores del insustituible calor humano de las conversaciones clásicas manifiestan que «la SF NET ahonda en la alienación de los individuos en perjuicio de las relaciones interpersonales, que son las de toda la vida».
Wayne Gregory, el joven empresario de 34 años que puso en marcha la idea, hace oídos sordos a estas críticas. Gracias a la SF NET, Gregory se está haciendo de oro. La tarifa por abo- narse es de 400 dólares, y luego hay que pagar una cuota de
5 dólares al mes.